MATRIMONIO Y FAMILIA
(I)
INTRODUCCIÓN
Sólo hay una relación más importante que la unión de un
hombre y una mujer; la unión del hombre con Dios.
Descripción general (Génesis 1:26-28)
“Dijo entonces Dios: — Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza
para que domine sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo. 27 Y creó Dios al ser humano a su imagen; a imagen de Dios lo creó;
hombre y mujer los creó. 28 Y los bendijo Dios diciéndoles: “Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo” (BLP)
para que domine sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo. 27 Y creó Dios al ser humano a su imagen; a imagen de Dios lo creó;
hombre y mujer los creó. 28 Y los bendijo Dios diciéndoles: “Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo” (BLP)
Descripción
específica (Génesis 2:15-25)
“Dios, el Señor, tomó al hombre y lo puso en
el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y le dio
esta orden: — Puedes comer del fruto de todos los árboles
que hay en el jardín, 17 excepto del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque
el día en que comas de él, tendrás que morir. 18 Luego
Dios, el Señor, se dijo: — No es conveniente que el hombre esté solo; voy, pues, a hacerle una
ayuda adecuada. 19 Entonces Dios, el Señor, modeló con
arcilla del suelo todos los animales terrestres y todas las aves del cielo, y
se los llevó al hombre para que les pusiera nombre, porque todos los seres
vivos llevarían el nombre que él les pusiera. 20 El hombre puso nombre a todos los
animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes. Sin embargo, no encontró entre ellos la
ayuda adecuada para sí. 21 Entonces
Dios, el Señor, hizo caer al hombre en un profundo sueño y, mientras dormía, le
sacó una de sus costillas y rellenó con carne el hueco dejado. 22 De
la costilla que le había sacado al hombre, Dios, el Señor, formó una mujer, y
se la presentó al hombre23 que, al verla, exclamó: — ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!
Se llamará varona, porque del varón
fue sacada. 24 Por
eso el hombre deja a su padre y a su madre, se une a su mujer y los dos se
hacen uno solo. 25 Los dos,
el hombre y su mujer, estaban desnudos, pero no sentían vergüenza de verse así.” (BLP)
Ambas son las dos relaciones más antiguas y e
importantes de la humanidad y para la humanidad.
Si no hubiese
existido la relación del hombre con Dios no habría existido la relación del
hombre con la mujer. ¿Entendemos esto?
Por eso podemos decir que nuestras relaciones
matrimoniales, son una consecuencia de
nuestra relación espiritual con Dios. Iremos explicando por qué.
Pastora
Asun Lendínez
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